Soy ingrata cuando espero
de los hijos, lo que diera.
mucho cariño, dinero,
sin rescatar lo que fuera.
Eso es abnegación,
lo que las madres sentimos.
parecido a devoción,
sin miedo a lo que vivimos.
Solo esperamos cariño,
lo mínimo en recompensa,
con la inocencia de un niño.
si se da, es nuestra defensa.
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