En tu oasis te mantienes,
rodeándote de euforia
y encantada te sostienes,
enarbolando tu gloria.
Me alegro por tu bondad,
porque bien te lo mereces
por tu enorme caridad
y tu maestría, con creces.
Efímera es la vida
y no suele ser eterno,
puede acabar enseguida
y convertirse en infierno.
Cuidalo bien, con esmero,
sin titubear siquiera
por tu bienestar lo espero.
!No eches este don afuera!
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