Reencuentros.

Parece que ahora tendremos

la ilusión tan esperada,

que, en el tiempo, maduremos,

nuestra alegría soñada.

Reencontrarme con los míos,

que tiempo ha no los veo,

por la epidemia y los líos

del transporte y del recreo.

Deseo, con fuerza, abrazar

a las personas que quiero

y poderles demostrar

ese cariño tan fiero.

Vivo solo para eso,

para sentir el abrazo,

acompañado del beso,

de ese amor y de ese lazo.

Vivir sin ellos, no es vida.,

para mi, que nada tengo,

necesito su venida,

con esa idea que mantengo. 

   

 

Insólito.

 Llegaste a mí, en el  momento,

quizás, mas inoportuno,

un derrame de lamento,

muy desigual a otro alguno.

No quisimos, por ventura,

ni en el sitio, ni en el tiempo,

fue como una desventura,

muy parecida a un cuento.

Al principio, muy hermosa,

llena de luz, de ilusiones,

nadie diría que esa rosa

abortaría sus olores.

Triste fue en su conjunto

pero alegre en ilusión,

si analizo su conjunto,

sería una sinrazón.

que, a los dos, nos dejó mella

y jamás olvidaremos,

pues fue una historia muy bella..

Ansia.

 Nos levantamos ansiosos

de empezar bien el día,

digamos, también, jocosos,

dignos de paz y alegría.

Esto, anima nuestro ambiente

a ser, de ellos, deudosos,

si se vive así el presente,

seríamos mas bondadosos.

Con ganas de animarnos,

sin pensar en el abismo

que puede deteriorarnos,

será cuestión de uno mismo.

Nuestro ego, se domina

solo con buenas acciones

y a ello nos conmina,

con básicas presunciones.

Las que dan buen resultado

para seguir conviviendo,

el mas bueno, el mas amado,

para seguir sonriendo.

Tengamos buenas maneras

con la gente, sea quien sea,

démoslas por verdaderas,

para que el mundo las vea.

 

Hurtos y vejaciones

 Lo peor de los mayores,

es que estamos en  peligro

de hurtos y vejaciones

hoy es por lo que mas vibro

Me han contado cantidades

de tirones de los bolsos,

que originan variedades

de disturbios, por los "golpes"

Idean lo nunca pensado

para extorsionar tu vida,

aun que vayas con cuidado

y amargaron tu partida.

Vayas o no acompañada,

el miedo esta contigo,

su psicopatía malvada

hará mella, según digo.

Siempre, estas expectante,

mirando a un lado ,o a otro 

ese pavor es constante 

que comparten y comparto

Porque os lo he dicho siempre,

soy miedica en grado sumo

Y mi susto y mi tiemple,

aún queriendo, no lo asumo.

 

Internet.

 Los de ancianidad madura,

como, ahora, estoy yo,

no hablan de esta cultura,

en la anterior, se quedó.

La de ahora, es imposible,

la aprendes y se te olvida,

la memoria no consigue

que, al rato, no esté perdida.

Antes, era la palabra,

la que el diálogo hacía,

conseguir lo que se hablaba,

la técnica no existía.

Ahora, todo ha cambiado,

para mí, en especial,

no consigo el alternado,

y acabaría fatal.

No podemos ventilar,

por internet, los asuntos

y tendremos que buscar

alguien, para estos abruptos.

Estamos arrinconados,

porque este hacer, no es el nuestro,

mejor dicho, anulados,

por uno, u otro concepto.

Día nefasto.

 Hoy, estoy atribulada,

ni yo misma, me aclaro

casi como enajenada,

ni me acelero, ni paro.

Estoy donde quiero estar

y, tampoco, estoy a gusto,

¿qué haría para aceptar

este inédito disgusto?

La verdad, es que me muevo

a impulsos desordenados,

como ni quiero, ni debo,

con los pies caso arrastraos.

Hay días mas duros que otros

y, a veces, ni te das cuenta,

como si estuvieran rotos

los caminos y la cuesta.

No creo que pueda volver

sin la silla de ruedas,

es muy fácil de entrever,

así, seguro que puedas.

Mañana, será ogro día,

quizá mucho mas estable,

así lo preferiría,

seguro que será afable.  

Espejismo.

 A veces, no se expresar

lo mismo que yo querría

y lo tengo que llevar

hacia diferente vía.

No me gusta alardear

y, a veces, no hay mas remedio

si bien lo quieres contar,

tienes que alterar el medio.

Ayer mismo, con mi madre,

me costó gran extorsión,

que hierve hasta la sangre,

para aclarar mi versión.

Construir un espejismo,

aún siendo una realidad,

es traicionarte a ti mismo,

es cambiar de identidad.

Me cuesta tener estilo,

que es difícil ce aclara,

se me pone el alma en vilo

y el total, es ensuciar.

No debo translimitarme

en lo que fuera y soy,

la verdad es consolarme

y prever a donde voy. 

A mi madre.

 De mi madre voy a hablar,

que tanto se lo merece,

por su manera de estar

y su vida, que enternece.

Tiempo ha, en su mocedad,

un aballo la pisó,

con tan enorme maldad,

que, al pronto, se desmayó 

Fue un fatal accidente,

que, jamás, pudo olvidar,

entre la vida y a muerte,

muy difícil de aceptar.

Vivió, siempre, dolorida,

incluso, cuando se casó

y, también, muy resentida,

aunque, nunca, se quejó

No obstante, anduvo bien,

quizás, algo despacito,

como madre, un gran sostén,

fue un regalo exquisito.

Era muy bella y amada,

por sus hijos, su marido,

diría más, idolatrada,

¡mejor, no la he conocido!

Pero, a los sesenta años,

se sentó en silla de ruedas,

hasta los ochenta años,

que voló hacia las estrellas.