viernes, 7 de mayo de 2021

A mi madre.

 De mi madre voy a hablar,
que tanto se lo merece,
por su manera de estar
y su vida, que enternece.
Tiempo ha, en su mocedad,
un aballo la pisó,
con tan enorme maldad,
que, al pronto, se desmayó 
Fue un fatal accidente,
que, jamás, pudo olvidar,
entre la vida y a muerte,
muy difícil de aceptar.
Vivió, siempre, dolorida,
incluso, cuando se casó
y, también, muy resentida,
aunque, nunca, se quejó
No obstante, anduvo bien,
quizás, algo despacito,
como madre, un gran sostén,
fue un regalo exquisito.
Era muy bella y amada,
por sus hijos, su marido,
diría más, idolatrada,
¡mejor, no la he conocido!
Pero, a los sesenta años,
se sentó en silla de ruedas,
hasta los ochenta años,
que voló hacia las estrellas.


 

No hay comentarios:

Publicar un comentario