Subí, al séptimo cielo,
cuando supe tu ventura,
fue un escalón, fue un vuelo,
de inconmensurable altura.
Por fin, te has doctorado,
un trofeo, ineludible,
por tu esfuerzo, has llegado,
a ese final, exigible.
Has luchado, con ahínco,
para, al fin, poder lograrlo.
Tu presencia, ha dado un brinco,
y eso, hay que celebrarlo.
Gracias, por ser como eres,
estudioso y educado,
y elogiado en tus deberes:
¡Doctor, ya, galardonado!
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