Se muy bien que estoy aquí
a mis rutinas asida
y también que aprendí
a pasear por la vida.
Ahora me muevo, tan solo,
de forma contemplativa,
de un polo, al mismo polo,
esa es mi alternativa.
Antes, solía viajar,
ver parajes sorprendentes
y comunmente alternar
con infinidad de gentes.
Visité pueblos arcaicos
de costumbres arraigadas,
que en pinturas y mosaicos
estaban galardonadas.
También tuve el honor
de visitar monasterios,
palacios en su esplendor,
en distintos hemisferios.
Me sorprendió la nobleza,
sus tapices y alfombras
dignos de la realeza,
con su glamour y sus sombras.
Todo aquello me impactó
y lo sumé a mi pasado,
desde entonces, vivo yo
con ese ayer incrustado.
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