He disfrutado de dicha
de la mas pura, excelente,
enmarañada en la risa
llamativa, estridente.
Fue un día extraordinario
lleno de excesivo amor,
un verdadero escenario
de cariño y de color.
Fue un día muy distinto
a los comunes, diarios,
en un familiar recinto
de comensales muy varios.
Era yo la agasajada
por mi avanzada edad
y era yo la iluminada
de extrema felicidad.
No es día para meditar,
el mañana "qui lo sá",
ahora toca disfrutar
y espero que durará.
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