El sol, hoy, tan reluciente,
el que fue mi bien amado,
se ha mostrado mas consciente,
porque no me ha quemado.
Me ha tratado con decoro
intentando ayudarme,
¿ha variado su aforo
o he querido marcharme?
Quizás fuera culpa mía
por recrearme a su lado,
la insensatez me perdía
porque era mi enamorado
Ahora, es mi lucidez,
que mucho la he madurado,
la que lo entiende al revés,
fui yo la que había pecado..
A veces, la juventud
no entiende la realidad
y convierte su actitud
en plena versatilidad.
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