Nosotros mismos hacemos
que nuestra vida se tuerza
según lo que nos labremos,
lo demás no tiene fuerza.
Culpable es el pensamiento
que, sin querer, se dispersa
por donde pide el momento.
o puede que sea a la inversa.
Como siempre, será libre,
también lo es la cordura,
para que vibre, o no vibre,
depende de si perdura.
A mi edad, me cuesta mucho
estudiar como a otra gente,
mi cerebro, es poco ducho
para agilizar la mente.
Aún así, voy consiguiendo
que del todo no se pierda,
puesto que está decreciendo
y le tengo que dar cuerda.
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