La senectud tiene pegas,
pero, también, sus ventajas,
lo digo, tal vez, a ciegas,
pero los años encajas.
Siempre con alegrías
celebrándolo a destajo,
irán pasando los días,
hasta contar un buen fajo.
Si tienes diez, quieres veinte,
si noventa y nueve, cien,
eso es lo que se siente,
es un placer, es tu bien.
Y, orgullosa, lo predicas,
como un don añadido,
que lo es y así lo explicas,
como un orgullo encendida.
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