El tiempo pasa muy lento,
no me importa en absoluto,
debería seguir viviendo,
así es como disfruto.
Con las misas condicione,
sin variarlo siquiera,
con falta de diversiones,
así. siempre, yo viviera.
La resignación no cuento,
está tan lejos de mi,
que, ni siquiera, comento,
prefiero no irme de aquí.
Al fin, me he acomodado,
después de mis reflexiones,
que el ciclo no se ha acabado
y he llegado a otras opciones.
Dentro de días, cumpliré
mis noventa y nueve años
y, entonces, gozaré
con el alma y sin engaños.