Ni la caída de ayer,
me privó de mi costumbre,
fue dura, a mi entender
y estoy en la incertidumbre,
de moverme a mi antojo
como antes lo hacía,
aunque estoy peor que un cojo,
mi estabilidad es vacía.
De hora en adelante,
el bastón no serviría
para moverme al instante,
alguien me ayudaría,
Y así mi placer ha sido,
tener una buena ayuda
para evitar otro ruido,
esa inquietud, esa duda.
Doliéndome la cabeza,
por la propia contusión
con orgullo, sin pereza
pude arreglar la cuestión
Soy vieja y empedernida
y lo seré hasta el final.
esté bien o dolorida,
para mí, será bana
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