Ya se, querido nieto, que, a tu edad,
no puedes comprender ni discernir,
lo que fluye de mi, la realidad,
que no quiero, ni puedo, reprimir.
Cuando te hagas mayor, sabrás leer
estos versos, escritos para ti;
para entonces, ya sabrás comprender
lo que tu me inspiraste y sentí.
Te veo fuerte, muy bueno, cariñoso,
henchido de salud, inteligente,
entre todos, sin duda, el más hermoso
y ocupas gran espacio de mi mente.
Espero que estas nobles cualidades,
que hoy comienzan a anidarse en ti,
se conviertan, muy pronto, en realidades.
Solamente, al pensarlo, soy feliz.
Si pudiera trazar yo tu camino,
por el que tienes, luego, que pasar,
no dejaría, ni tan solo, un espino.
¡Te mereces un fácil transitar!
No hay comentarios:
Publicar un comentario