sábado, 20 de mayo de 2017

Desafío.

Mi corazón, late, lento.
Mi alma, está contrita.
Me duele, hasta el aliento,
y mi voz, lo acredita.
Tropecé, sin esperarlo,
con una niña, andrajosa,
y ella, sin preguntarlo,
de un montón, sacó una rosa.
La misma, que me ofreció,
despacito, entrecortada,
y, sin pedirlo, aceptó,
mi propina, esperada.
Sus ojitos legañosos,
que reflejaban pobreza,
eran dulces, bondadosos,
pero, de inmensa tristeza.
Esa vivencia, nefasta,
no se borra de mi mente.
Debemos decir: YA BASTA.
¿Ha herido mi subconsciente!


No hay comentarios:

Publicar un comentario