Inquietud.

La vida igual que nos hunde,
también sabe consolarnos,
con sapiencia no confunde
el toque para elevarnos.
Es pasar del mal al bien,
a sabiendas, de tu sino,
es como un tanto por ciento
de esclarecer lo que vino.
El tiempo todo lo arregla,
mas tarde o mas temprano,
hay un estatus o regla
que al final te da la mano.
Hoy me siento bondadosa
por arreglar el entuerto.
El perdón te hace dichosa
al luchar hacia otro puerto.
La lucha te fortalece,
en contra de abrumarte,
eso es vida y te enternece
y aprendes a encumbrarte.
Olvida lo que te inquiete
para seguir adelante,
es algo que se entremete,
pero no será constante. 

vicio.

Ayer, quedé sorprendida
por una conducta extraña
de una asalariada
sin decisión y sin maña.
sustituía, con agrado,
a una fija cuidadora
con maestría en su estado,
cual si fuera una señora.
Mas, luego me sorprendió
verla rara, enajenada,
confundida y me intrigó
de una forma exagerada.
Intuí que había bebido
o que debía estar drogada,
con miedo, hice lo debido
y me sentí liberada.
Viví aquel día sin ayuda,
ejerciendo sus deberes
con una enorme duda
de temor por sus aferes.
Hoy, todo se ha acabado,
no fue droga, sino alcohol
el que la había trastornado
en cantidad exorbitante,
tantas que no adivino
con lo que tuvo bastante.
Esto viene a demostrarme
que los vicios y adiciones
pueden llegar al desarme
y obligan a confusiones.

Falacia.

Somos reos de las desgracias,

de la lucha entre los pueblos,

de las enormes falacia

y de absurdos cerebros.

Y mire a donde mire,

me conmueve la conciencia,

parece que todo gire

en contra de la decencia.

Me detengo en observar

estrategias naturales,

para mas menoscabar

los desastres actuales.

Sobran lluvias torrenciales,

los seismos, los tifones,

exorbitantes caudales

de pésimas sensaciones.

¿Qué falta ya por llegar?

porque estamos saturados

de lágrimas por llorar.

¡Estamos  sobrecargados.!

Zozobra.

La intranquilidad me asusta
en el sentido que sea,
me impacienta, me disgusta
y hasta incluso, me marea.
Es lo mismo que la duda,
que te duele hasta el final,
sobre todo, si es aguda
y tan cruda como tal.
Hoy, me intranquiliza
el como de un resultado,
sin saber si se desliza
hacia uno u otro lado.
Espero con toda el alma,
que se acabe en positivo
y recupere la calma,
que es mi dolor emotivo.
Es una enorme zozobra
que a nadie se la deseo,
porque duele y nos sobra.
¡Es un talante muy feo!

Actriz.

Con nueve añitos siquiera,
me convertí en una actriz,
la obra era "Cancionera",
que me hizo muy feliz.
De los Hermanos Quintero,
en verso, maravillosa,
que ha leído el mundo entero,
por su rima tan graciosa.
Yo hacía de niñerita
de su hijo, cuidadora,
dicharachera, bonita,
en exceso auxiliadora.
"Este niño chiquito
que ahora se duerme,
ya se hará un hombrecito
"pa" defenderme,
nanita nana,
duérmete pajarito de la mañana"
Actué con tanto agrado
y alguna  maestría
en mi papel asignado,
que aporté cierta alegría.
Tanto y tanto ensayamos
que, sin quererlo, oí
los papeles asignados
a todos, que los aprendí.
Me hice célebre en la escuela
por haber contribuido,
con mi mínima parcela,
a un apoyo requerido.


  

Mar.

Cuando la mar se embravece
con ese color verdoso,
asusta, pero embellece.
¡Espectáculo precioso!

Pensamiento.

Quisiera, cuando respiro,
estar a donde tu estás,
para mandar mi suspiro.
¡No quisiera dicha más!

Todo vale.

Cuando se oscurece el cielo
se entristece mi semblante,
mi alegría emprende el vuelo
hacia otro mas flagrante.
Me siento tan compañera
del entorno natural,
que lo retengo a mi vera
con un  un talante ejemplar.
Pero siempre agradecida
a la luz que nos alumbre,
cualquiera entrará en mi vida
como distinta costumbre.
Y también el color gris
me atrae y me emociona
como otros tantos mil
que es hermoso y me impresiona.
La luz, la lluvia, el viento
estarán en consonancia,
cada cosa en su momento
son motivos de arrogancia.

Calvario.

Para un bebé, amanece,
ya empezará su calvario
y para un viejo, oscurece,
porque lo vive a diario.
Bien pensado, es difrente
porque no hay igualdad
entre las vidas, la gente,
solo hay diversidad.
El que sufre, o alardea
de pena o de grandeza,
nazca en la cuna que sea,
demostrará su entereza. 

Ocio.

Detesto el ocio a diario
y tan poco puedo hacer,
que mi quehacer es precario,
por no poderme mover.
Trabaja en cambio mi mente,
sin querer, en demasía,
la uso constantemente,
?Pudiera estar ya vacía?
Mis neuronas no me siguen
hasta donde yo quisiera,
solamente me persiguen
para intentar si pudiera.

Renovarse.

Oigo que se mueve el viento
y se lleva mis temores
la felicidad que siento
y el amor de mis amores.
Hay que airear nuestra vida,
para cambiar nuestro eje
que, a veces, es la salida
de lo que nos desprotege.
"Renovarse o morir",
digno refrán estudiado
que yo quisiera seguir,
simplemente por mi estado.
Me siento renovadora,
procurando no estancarme
y seguir la nueva aurora,
(que juventud puede darme).
Parece absurdo y no es,
porque los años arruinan,
si los cuentas a través
de los motivos que priman.
Yo la tomo con honor
la suma que he logrado,
por este enorme favor
con la que Dios me ha premiado. 

Osadía.

Si menciono la osadía
que aumenta en la juventud,
con extrema magnitud,
tiempo ah no se veía.
La excesiva libertad
y la mínima atención
de su entorno, a la sazón,
aumenta en la sociedad.
Realmente inapropiada,
digna de  reprobación,
de ponerlo en atención
para que sea sancionada.
Es un triste atrevimiento
altamente denigrante,
que se repite bastante,
¡es un trágico lamento!.

Incertidumbre.

Vivir en la incertidumbre
agobia el subconsciente,
por inercia, por costumbre
nos hunde constantemente.
Analizamos las causas
que son débiles y flojas,
sin protocolo sin pausas,
las cojas como las cojas.
¿Qué somos sin certidumbre,
sin saber en donde estamos?
que la paciencia deslumbre,
por lo menos, donde vamos.
Lo mismo que esperaba,
como nos dice el refrán:
"Todo empieza y todo acaba"
Las dudas se aclararán.

¡Que mas da!.

Cuando se acera el ocaso,
nos sentimos luchadoras
por avanzar paso a paso
cada día, a todas horas.
Y orgullosas con los años,
que nos rinden pleitesía,
siguiendo por los escaños
que nos dan sabiduría.
Según dicen los profanos,
aumentamos los recuerdos,
que suelen ser muy arcanos,
para cotejar acuerdos
Mi ambiente se magnifica
tan solo con mis principios
y nada me mortifica
con mis alegres comicios.
Soy valiente por no ver
el fin de mi travesía.
No importa cuando ha de ser,
acepto cuando sería.

Violencia.

La vi como en el vacío,
sin doctrina ni euforia
y sin ningún albedrío,
por la falta de memoria.
Me acerqué, le di un abrazo
y abriendo su confianza,
la tuve en mi regazo,
esperando la templanza.
Salió de su desafío.
con infinita paciencia
y recobró su gran brío,
para atacar la violencia.

Caridad.

Me he encontrado alguna vez,
madres con niños, pidiendo
y otras, con suma vejez,
en plena calle durmiendo.
Estampas arrolladoras
que entristecen a cualquiera
y todas proclamadoras
de gritar donde se viera.
Siempre nos compadecemos
del dolor de los demás
y, queriendo, algo hacemos,
pero desean mucho más.
Me mueve la caridad,
pero no es suficiente,
unámonos, en verdad,
para alegrar a esta gente.

Costumbres..

Siento renacer en mí
costumbres muy olvidadas
que en otro tiempo viví,
pero quizás transformadas.
Las acoplo a las de hoy
y una mezcla me resulta,
adecuada a lo que soy
y que mucho más me gusta.
Remuevo, con gusto, acciones
algo más equitativas
que se asientan en valores
simplemente relativas.
Me rodeo de una etapa
ni antigua, ni moderna
y me construyo mi mapa
que para mi edad alterna.
Parece que así no añoro
las andanzas del ayer,
no me alteran  ni las lloro,
es otro modo de ver.


Secuelas.

Las secuelas no se curan,
simplemente, se sumergen
en el alma y procuran
que a la mente  no se acerquen.
Pero realmente es incierto,
tan solo, están guardadas
en un estanco perfecto,
sumamente apretadas.
Es un problema llegar,
pero se llega  con creces
difíciles de guardar
porque son grandes reveses.
Solamente es la mente 
la que puede eliminarlas
y ha de ser fuerte, muy fuerte
para lograr olvdarlas.
Aún así, la impotencia
deja escapar alguna,
pero llega la presencia
y recobras tu infortuna.