Sigo en la tesitura,
que mi cerebro no aclara,
la desgracia nos augura
y el pesar nos desampara.
La euforia desaparece
aunque quieras abrigarla,
a ver si pronto fenece
y para siempre, olvidarla.
La vida, en sí, es bonita,
que no nos la estropeen,
de esta manera inaudita
y, a la vez, la alardeen.
Yo voy a penar mi ira
y aparcar la desventura,
todo en ese mundo gira
y arrastrará esta locura.
Pensando en esto, seré
la mujer mas confiada
y mi humor lo elevará
hasta mi mayor alzada.
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