El capricho, es mi verdad,
siempre que sea acomodado
a mi escasa vanidad,
sin llegar a exagerado.
Es esa pequeña cosa,
que da luz a la mirada,
digamos color de rosa,
que es la mas adecuada.
Quiero esto, no aquello,
que es lo que se me ofrece
y me regocijo de ello,
sin mas, porque me apetece.
Lo mismo en la comida,
pues soy una sibarita
me comeré lo que pida,
no lo que me acredita.
En el vestir, me desboco,
exijo en demasía,
compro mucho y a lo loco,
como si fuese a porfía.
En esto, joven me siento,
¿para qué esta algarabía?,
si no luzco, ¿qué presiento?
No ser de la medianía.
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