La vida se gratifica
con sencillas ilusiones,
y también se mortifica
con enormes percepciones.
No pidamos demasiado,
seamos conscientes de ello,
en el mundo está el pecado
y hay que ponerle el freno,
La avaricia, rompe el saco
para sacar lo escondido,
y hace un dominio flaco,
por no hacer su cometido.
La prudencia es exclusiva
de las personas sensatas,
que suele ser positiva
porque su deber acata.
Rodamos en una noria,
que nos mueve sin cesar
y nos produce euforia,
tanta, que es nuestro pesar.
Son momentos muy complejos
los que estamos viviendo
y aceptamos sus reflejos,
aunque nos va consumiendo.
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