La decisión no es mía,
me acojo a otra persona
que asevere cualquier vía
y sepa no las pregona.
Son muchas las precisiones
encerradas en la duda,
en diferentes gestiones,
donde el cerebro no acuda.
Esto no quiere decir
que no sepa lo que quiero,
es cuestión de conseguir
un acepto, por entero.
Es tener la garantía,
si es que estamos de acuerdo,
en la misma sintonía
y, luego, ya lo resuelvo.
Me convertiría en nadie
y ese nadie, aún. da guerra,
mientras mi cerebro irradie,
no tantas cosas las yerra.
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