Al fin, me hundió en el fango
después de mis dos vacunas,
dentro de mi propio rango,
que han sumado tantas lunas.
Las mismas que me cuidaron,
de una manera informal,
tantas que me inyectaron
al Cobi, espectacular.
Increible redundancia
que me ha hundido en el abismo,
con su pésima fragancia,
que aborda a uno mismo.
Poderío sensacional,
que te hunde para siempre,
con exquisito caudal
de malignidad y temple,
Este es el último escaño
que me guardaba la vida,
aparte de los de antaño.
!ya me siento bien servida!!!
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