Soy feliz, porque lo soy,
porque la vida me ofrece
lo mejor, en donde voy,
mas de lo que se merece.
Con el corazón henchido
mas que nunca, el día de hoy,
de ese ambiente, inmerecido,
que me ofrecen donde voy.
La felicidad se obtiene,
si estás predispuesta a ella,
no porque te conviene,
simplemente, porque es bella.
Lo sé y estoy convencida
de su luz, que te ilumina,
cada día está encendida
y el reflejo te alucina.
He aprendido a saber,
todo lo que, en mí, conmina.
tantas cosas al haber,
que, en el fondo, me domina.
La ingratitud es defecto
de una falta de experiencia,
que, a veces, se da, en efecto,
para encubrir la conciencia.
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