Adela: no te olvidé,
estás en mi pensamiento
y me pregunto el por qué
¿sería tu tratamiento?
Tu cara, no pude verla,
pero intuyo tu beldad,
la quieres sin conocerla,
me mueve la realidad.
Me lo dijo, tu callar
en lo que atañe al dolor,
u manera de mirar,
digna de altivez y honor.
Te dedico esta poesía,
porque estoy, contigo, en deuda,
es poco, pero diría
que, así, estarías contenta.
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