lunes, 13 de septiembre de 2021

Presumida.

 Me muevo entre la bonanza,
estoy llena de alegría,
sin recordar la arrogancia
que me abrazara algún día.
Sin necesidad de ella,
siento todo lo contario
de lo que sentía y era,
¡es otro vocabulario!
que resulta menos grato,
quizás para los demás,
para mí, son mi retrato,
dulce, sin mirar atrás.
Si me miro en el espejo,
que, casi siempre, lo hago,
muy deprisa me despejo
y lo hecho lo deshago.
Pero el arreglo existe
y siempre existirá,
día a día, persiste
y, hasta el final, lo será.
Quizá, sea hereditario,
mi madre me lo enseñó,
ella lucía a diario
y, ahora, luzco, siempre, yo.

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