La indecisión me persigue,
no tengo ni voz, ni boto
y lo peor es que sigue
y poco a poco, me agoto.
Por obtusa, por inercia
aunque pienso, me detengo,
me queda la resistencia
y de ella me mantengo.
Me disgusto, sin motivo
y, si lo tengo, lo olvido,
es un motor abrasivo,
fuerte y enrarecido.
No pienso que la memoria
me está dando un mal pago
cada día, en mi historia,
se me olvida lo que hago
Con la poquita que tengo,
voy haciendo mis pinitos
y, con ellos, me detengo+
a ver si salen bonitos.
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