Tengo un perrito en casa,
un encanto añadido,
mas de un metro no rebasa,
blanco y negro confundido.
Pero, ni ladra, ni come
porque es de porcelana,
digamos, es un asome
de otro normal, de lana.
Solo, al entrar, ya lo veo
y me alegra en demasía,
por su encanto, mi recreo
para un día y otro día.
Porque, ahora, no podría
tener otro, de verdad,
¿quién me lo cuidaría
con mis achaques y edad?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario