Si una persona se obstina
en, tan solo, una misión,
se ofusca y no opina,
es cuestión de decepción.
Las cosas, hay que pensarlas
y madurarlas, también,
entonces, ejecutarlas,
eso sería hacerlo bien.
Predico, por predicar,
pero no ejecutarlo,
es cuestión de averiguar
y, a mí, me cuesta apoyarlo.
Necesito una ayuda
para la ecuanimidad
y si mi mente lo duda,
prefiero la igualdad.
No me puedo comparar
con lo que fui y lo que soy,
quiero, de golpe, aclarar
lo que ya no puedo, hoy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario