Hoy, escribo con soltura,
como Dios me da a entender,
el que me da la ventura
de, en mi totalidad, ver.
Si ya las cosas no van,
solo la culpa es mía,
rimadas también están,
como lo intento, día a día.
No es cuestión de pretender
la culpa es de los años,
es como ser y no ser,
es cuestión de los escaños.
He tenido mucha suerte
de verme en consonancia
del límite en este puente
y valga la redundancia.
Mi ilusión sería seguir,
mientras viva, estos momentos
y eso debo perseguir
a costa de mis lamentos.
Lo malo, empecinarme
en rimar, sea como sea
y esperar si algo se crea,
no debo de atolondrarme
y esperar si algo se crea.
Repito mis percepciones,
son causa y son motivo
de no esperar ocasiones,
para que no sea nocivo.
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