Si tuviera autonomía,
para, sola, funcionar,
no habría monotonía,
sería otro transitar.
El que, ahora, tanto añoro,
el que, escondido, ya está
y, por encontrarlo, lloro,
el que, sin querer, se va.
Veo la causa y el por qué
y me pregunto, ¿hasta cuando?,
aunque, en esencia, ya se,
la tierra que estoy labrando.
Se, que es injusta mi queja,
me muevo en tranquilidad
y el bien hacer, que me deja,
envuelta en la realidad.
Mis monólogos, constantes,
dan luz a mi pensamiento,
que es similar al de antes,
en distinto pavimento.
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