miércoles, 11 de mayo de 2016

Gran amor.

Una de aquellas noches, en la vida,
la luna, que su belleza emana,
apareció a alumbrar, por mi ventana,
en mi descanso, ya, casi dormida.

Su luminosidad, harto atrevida,
entrevió una ilusión, lejana,
que, para los demás, puede ser vana,
pero que, para mi, fue la elegida.

Un recuerdo de amor, extraordinario,
exento de egoísmo, sin mesura,
durante largos años, a diario.

Un albergue de elixir, de ternura
y un reguero, de paz, muy solidario,
que expandía su propia donosura.

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