Un ictus, me sumió en la irreflexión,
en querer dialogar y no poder,
en perder la facultad de entender,
en olvidarme de la expresión.
Momentos, desvalidos, de inacción,
de olvidarme de lo que debía hacer,
solo supe, lo que era padecer,
hasta llagar a la rehabilitación.
Motivo de alegría, al claudicar,
a volver a ser yo, como lo era,
para expresarme, hablar, y, hasta, rimar.
Con más nostalgia, de lo que debiera,
y menos léxico, para expresar,
mis sentimientos, tal como quisiera.
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