Cuando llegas, con tu amor y gracejo,
me transmites ilusiones, perdidas,
aquellas que estuvieron escondidas,
y se reprodujeron en tu espejo.
Fue solo un vaivén, fue un complejo,
de tantas donaciones recibidas,
que tienes en tu haber, reproducidas,
por alguien que te dio su fiel reflejo.
Te mueves, como ella se movía,
cimbreando, con gusto, tu cintura,
con la misma elegancia y armonía.
Un calco de esplendor y hermosura,
envueltos en, leve, melancolía,
que dan paso a tu poca andadura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario