No quiero orillar mis sentimientos,
sin decirte lo mucho que te quiero,
con un amor limpio y verdadero,
hasta el fondo de tus merecimientos.
Recuerdo, con nostalgia, los momentos,
que te tuve a mi lado, por entero.
Eso es lo que yo, hoy, prefiero,
y no desasosiegos y lamentos.
Voy contando las horas y los días,
que faltan, para, de nuevo, verte,
convertido, en lo que tú querías.
Un físico, doctorado y fuerte,
preparado, con celo, y energías.
¡Esa es tu prioridad, mi mayor suerte!
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