Me siento desprotegida,
para escuchar tu relato,
digamos, disminuída,
del oído y del olfato.
Mi audífono, no responde,
en suficiente medida,
muchas palabras, esconde,
y no hallo la preferida.
Son gajes de la audición,
cuando tanto ha funcionado,
y, en mí, una rebelión,
por llegar a este estado.
Y la reina de las flores,
la rosa, con su perfume,
el mejor de los olores,
en mi olfato, se difume.
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