Me ha emocionado charlar
con personas educadas,
difíciles de encontrar,
porque están muy buscadas.
Ni por su grácil figura,
ni por su señor aspecto,
solamente los augura
su prestancia y respeto.
El vocabulario es grato
y te ayuda a discernir
la altivez del recato,
sencillos en su vivir.
Sin alarde, en absoluto
de su bien saber estar,
de su inmejorable fruto,
que te ayudan a avanzar.
Hoy me tocaba aprender,
que, en verdad, me hacía falta
y abogo por retener
esta sabia perorata.
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