Tantos días sin contratiempos
alegran la vida mía,
disfruto de los momentos
mas hermosos que debía.
No hay dudas ni objeciones
dignas de justificar,
fodo va por direcciones
gratas para navegar.
Ni malestar que te hundiera
al paso por donde voy,
estoy tal como quisiera,
no parezco lo que soy.
Tengo un don envidiable,
digno de la juentud,
todo me parece amable
en su inmensa magnitud.
Se que mi cuerpo se dobla
y lo erige la prudencia
y el corazón que acopla,
parte de la inteligencia.
Digo parte, porque gozo
aún de cierta docencia,
no se han hundido en el pozo,
queda una divergencia.
Ufana como una niña,
sin dolores que me ofendan,
teniendo como una piña
de amores que me comprendan.
Vivir así, gratifica
en el tiempo y en la forma
y casi me magnifica
el conjunto de mi horma.
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