¡Qué lento pasan los días!
y cuando llega la noche,
has pasado por las vías,
sencillas, pero a tope
Todo con la frente abierta
a adelantar un poquito,
intentando estar contenta
hasta el final prescrito.
Ansío la tranquilidad
para no enfurecerme
y aborto la ansiedad,
para poder socorrerme.
Hallo el consuelo del alma
en el amor a los míos,
agradeciendo a la calma,
las sonrisas y albedríos.
Es como un rocío intangible,
que me ayuda a respirar,
a seguir por lo indecible,
que me impide meditar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario