Estado respetado, en apariencia
mágica, de valor incalculable,
estricta, en régimen aceptable,
que regula estridor y paciencia.
"Non grata", quizás, en la conciencia,
pero tan necesaria y moldeable,
que ampara la convivencia amable,
en el saber estar, en presencia.
Es, justamente, una aseveración,
cotidiana, que encierra un malestar,
que soporta la buena edducación.
Abierta a un orgullo, al respetar,
diferente conducta, en represión,
por el orgullo de reivindicar.
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