jueves, 10 de diciembre de 2015

Renuncia..

No creas que no comprendo,
lo que estás padeciendo,
tu dolor
por tenerme alejada,
de tu vida privada,
tu temor
de que pueda cansarme
y que llegue a enfadarme,
con razón.
Por verme marginada
y siempre postergada,
a la sazón.
Pues, tus obligaciones,
tienen limitaciones,
para mi.
Carezco de derechos
y solo los desechos,
recogí.
Varias de estas cuestiones,
provocan discusiones,
sin cesar,
que no dilucidamos,
quizá, porque temamos,
aclarar.
Es una situación,
que llena el corazón,
de pesar,
que deja insatisfecho
y te comprime el pecho,
a la par.
Que llega a soportarse,
si puede vislumbrarse,
el final.
Y si es que el descontento,
produce un sentimiento
temporal.
Pero es que, en nuestro caso,
no se adelanta un paso,
se `prevé,
un futuro borroso,
o aquel otro dichoso,
que soñé.
Igual que te comprendo,
de ti, espero y pretendo,
comprensión.
Porque ya, al meditar,
he sabido ahogar,
esta ilusión.

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