Me mueve, la inteligencia,
el bien hacer, la experiencia.
La de los años labrados,
en diferentes sembrados,
de una, u otra, envergadura,
que, en nuestra mente, perdura.
Pero, bien encaminada,
hacia una vía señalada,
hacia la luz, la esperanza,
basada en la confianza,
de un futuro halagador,
sin prisas, sin resquemor.
O en diferente postura,
que, en nuestra mente, perdura.
Me prima, la educación,
ante cualquier situación:
que es mentir al sentimiento,
con cordura, sin lamento
en algunas ocasiones,
que exijan contestaciones,
para no ser taxativa
y no haber otra optativa,
que mejore la expresión,
con cierta contemplación.
No debo decir: Qué feo!,
aunque, en el fondo, lo veo
Sería mala intención,
aseverar la opinión.
Por consiguiente, es mejor,
para impedir el dolor,
dar paso a la educación
y hallamos la solución:
obviando la realidad,
de ofender con la verdad
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