De mas a menos.

Se tanto que no se nada,
mucho viví y poco sé,
de todo lo que aprobé
la mitad está olvidada.
Matemáticas, historia.
física, geografía,
mas otros que ya sabía
no llegan a mi memoria.
Hago ejercicios constantes
para abrigar lo que pueda,
a  ver si alguno me queda.
Espero que sean bastantes.
Sabia es la naturaleza
para endulzar nuestras vidas,
mas o menos conseguidas,
por su beldad y grandeza.
Quizás, lo que sé es vivir
dentro de una rutina
que, para mí, es divina:
solo arreglarme y salir.  

Mateo.

Eres mi dulce bisnieto,
el único y mas pequeño,
el que me infunde respeto
y me absorbe como dueño.
A veces, cuando te miro,
se me ensanchan los pulmones
y tus encantos admiro,
con todas mis sensaciones.
Precioso y angelical,
el mejor de los mejores,
con un salero especial
y hueles como las flores.
Tan pequeño, luces dones,
que relucen tu mirada
y simpatía a montones,
todas juntas y aunadas.

"Mi luna"

Hay un cielo y una mar,
unas estrellas fugaces
y una luna a resaltar
y otros astros muy veraces.
Yo me detengo en la luna,
el astro que mas amé,
que adoré como a ninguna
y a su fulgor me entregué.
Sus puestas de sol llenaron
mi corazón de ternura
y sus noches me abrigaron
con excelente mesura.
Aprendí a amar ante ella,
por sus influjos constantes
y su irisación, tan bella,
embrujaba a los amantes. 

Olvido.

Si supe quererte tanto,
por qué ahora no te quiero?
he detenido mi llanto
y lo he reducido a cero.
Mi amiga inseparable
siempre la tuve a mi lado
y la ayudé lo impensable,
con mi tesón, por su estado.
Las dos, llenas de contento
una a otra muy unidas,
hasta que llegó el momento
de separar nuestras vidas.
Como una vela encendida,
que tarda o no en apagarse,
se encendió con alma y vida
y se acabo al olvidarme.
Mientras tuvo mis favores,
vivimos como hermanas,
oliendo como las flores,
con cariño, muy ufanas,
Hay personas que se olvidan
del favor de los demás
y otros favores los priman
y no existe nada más.
Encontró otra persona
que para ella fue el todo
y me cambió, retozona,
para dejarme en el lodo. 

San Juan.

Hoy es un día señalado,
que juntos lo celebramos,
un año muy esperado
que a recordarlo vamos.
Estoy bien y no es extraño,
mi ánimo está saltando,
seguro que no me engaño,
mi santo se está acercando.
Hago a San Juan el honor
porque me llamo Juanita
y él es mi embajador
y a enaltecerlo me invita.
A la familia espero
y eso será lo más grato,
el noventa sobre cero,
si de aritmética trato.
La indiscutible verbena,
con las cocas y el champán,
mi felicidad se llena,
porque cariño me dan.
Gracias por venir a verme,
gracias por felicitarme
y muchas más por quererme
y volver a recordarme.

Virtud.

Cada día que paso, creo
en la virtud de la vida,
que agradecida lo veo
porque está muy extendida.
Las virtudes, intangibles, 
que nos rodean libremente,
sin verlas, son aplaudibles,
porque mejoran la mente.
Nos siguen por todas partes
ignorando su calado
y, sin verlas, las compartes;
son de hoy y del pasado..
No hay que pensar el por qué
porque no lo hay siquiera
y, por tanto, se entrevé
que estará a nuestra vera.
Todos somos virtuosos
en uno u otro sentido,
se nos dan por generosos,
sin que lo hayamos pedido.
¿Quien no tiene una virtud
porque se la ha merecido?
no digamos que un alud,
pero alguna ha recibido.

Cuento.

Una bruja había una vez,
que se llamaba Calixta,
tan negra como la pez,
pero de embrujos muy lista.
También una princesita,
hija de un rey poderoso,
encantadora, bonita
y de carácter jocoso.
No cesaría Calixta
hasta poder engañar
con su mentira prevista,
el conjuro de embrujar.
Y así fue, llegó el momento
de introducirla en el lago,
con su prepotente intento,
de que la encontrase un mago 
de inmensurable talento,
que adivinara el entuerto
deprisa, en el momento,
con su impecable acierto.
y ese mago y prncipito,
con esfuerzo la salvó,
no solo por erudito,
su aspecto lo embelesó.
"Y colorín colorado,
este cuento se ha acabado" 

Poca cosa.

Cada día debo pensar
en mi forma de trabajo,
que se reduce a rimar
con paciencia o a destajo.
Tengo tantos pensamientos
y tan pocas cualidades,
que he de buscar los momentos
donde adose humanidades.
Muchos tengo, en realidad,
porque mi tiempo es bastante,
me falla la hilaridad
para seguir adelante.
También, me falta memoria,
del pasado y del presente
y carezco de euforia,
que me acude tardemente.
Hoy, en la cafetería
donde tomo el desayuno, 
no me extiendo en demasía,
se ha acabado mi consumo.

Insensatez.

La latigas solo con tu mirada,
eres duro, ofensivo, implacable,
empezaste siendo adorable
con tu palabra dulce y estudiada.

Te expresas con soltura adecuada,
con un léxico libre e impecable,
por eso, se te encontraba amable
y así la hiciste tuya y entregada.

Tu entramado, solo, se revirtió,
con tus mentiras perdiste altura
y con el tiempo, tarde, se desccubrió.

Lástima que emplearas tu figura
como acicate mas, que empeoró,
para configurar su desventura.

Día feliz.

Amo la naturaleza,
que me proporciona abrigo
y me ahuyenta la pereza
que es lo que siempre persigo.
Luce el sol, que me ilumina,
mi jardín está florido,
la esperanza me domina
y mi amor muy dividido.
¿Qué mas puedo desear?
Sería ingrata si quisiera
de otra cosa alardear,
de algo quue no debiera.
Labro la felicidad,
yo misma con lo que tengo,
esta es la finalidad 
que tan facilmente obtengo.
Hoy, todo está a mi favor,
¿por qué voy a preocuparme
si me ampara el explendor
que la vida puede darme?

Número uno..

El viento lleva a mi oído
todo tu embrujo y tu amor;
a tu lado he vivido
cuidada como a una flor.
Me diste sabiduría
que introdujiste en mi mente,
que jamás se perdería
porque fue muy transparente.
Ahondaste en mi deber,
en mis típicos haberes,
proponiéndome entrever
los verdaderos quereres.
Mi prototipo, en verdad,
el que mejor me enseñó
a encontrar la realidad
y de mí se preocupó.
Fuiste el número uno
en mi feliz trayectoria,
mejor que otro alguno,
el que me elevó a la gloria.

Juventud.

La juventud de este tiempo,
distinta a la de ayer,
libertina la contemplo,
sin ofender, ni querer.
Sobre todo en el amor
se nota gran diferencia,
que no es mejor, ni peor,
sin mas o menos prudencia.
Evolucionó el aspecto
y hago honor al discernir
cual debe ser el efecto
que no atiendo a decidir.
Hay cosas de antes y ahora
que quisiera equilatar
ya que ha llegado la hora
del muy dicho adelantar.
Somos mas equitativos,
sin querer exagerar
y también mas comedidos
por la idea de no faltar.
Vale la inseguridad
entre unos y otros años,
aunemos mentalidad
al enjuiciar los escaños. 

Mi "Tata"

Tuve, de niña, una "tata"

que en sus brazos me mecía,

es un recuerdo que data

de muchos lustros diría.

Pero siempre la recuerdo

porque me dio tanto amor

que, en el pasado, me pierdo

para averiguar su olor.

Me cuidó con tanto esmero,

que creo no existe otra alguna

que valga tanto dinero,

en buen sentido, ninguna.

Era joven y hermosa,

recuerdo su nombre: Gracia,

alegre y ruborosa,

pero tuvo una desgracia.

Por reveses de la vida,

se quedaría cieguecita

y yo, siempre agradecida,

la llamé mi madrecita.

Y siguió, como vidente,

ayudándome a crecer,

con su maestría corriente

de un ser extra, a su deber.

Solo tuvo un altercado,

bien hablado, fue un desliz

por un garbanzo tostado

que lo metió en mi nariz.

Nunca olvidaré su amor

y estará siempre en mi mente

como una preciosa flor

que labró mi subconsciente.

Contrato.

Asumí mi compromiso,
con gusto, con armonía,
con carácter sumiso,
esperando sintonía.
Sin embargo, con excusas,
lo pactado no valió,
con sus palabras confusas,
no avaló lo que pactó.
Que vergüenza es tratar
con gente equivocada,
todo se reduce a hablar
y, al fina, nada de nada.
Tendré mas psicología
al dar un consentimiento,
buscar otra ideología
para labrar mi contento.

Para Yolanda B.

Eres el sol dela vida
para tu familia entera,
cariñosa, distinguida,
la flor de la primavera.

Para Ana B.

Conocí tu identidad,

cariñosa como un cielo,

fue una felicidad

unir tu vuelo a mi vuelo.

Normalita.

Alguna vez, me pregunto
por qué tan bien me mantengo,
se lo debo a un conjunto
de estrategia que yo tengo.
Soy débil, muy poca cosa,
pero de espíritu ardiente
que de esperanza rebosa
y cuido muy bien la mente.
La que tengo enseñada
a una vida natural,
fuerte y capacitada
y una  experiencia normal.
Como sin sal y no fumo,
ni bebo, ni asisto a orgías,
todo se reduce a humo
y el humo no cuenta días.
Huyo del aburrimiento
y busco otras diversiones
que destapan mi contento,
con pocas complicaciones.
Me mantengo positiva,
en mi casa y en la calle,
en lo que puedo, activa
procurando que no falle.
Solo necesito amor,
que es lo mas importante,
dar a mi vida color
siempre, en cualquier instante.

Dudar.

Mi inmovilidad es pasiva,
querría pero no puedo,
tan curiosa expectativa
analizarla no debo.
La duda siempre exaspera
cuando supera a la mente,
ni oscura, ni verdadera
siempre será estridente.
Me atormenta la ignorancia,
la incógnita en el saber,
la enorme preponderancia
y al final, ser o no ser.
Me corroe la zozobra
porque es muy imperiosa,
la comparo con la cobra,
maléfica y venenosa.

Abuelita.

¿Cómo decirlo abuelita,
cómo exponer mi contento?
Se que tu eres erudita
y mejorarás mi aliento.
También se que tu prudencia
es firme y protectora,
sobre todo tu decencia,
de la que soy admiradora:
Resulta que el otro día
que me dirigía a la escuela,
deprisa como solía,
tuve una sorpresa abuela.
Apareció un compañero,
sin apenas darme cuenta,
se me mostró muy sincero
y esperando mi respuesta, 
me dijo que era hermosa,
que vivía solo por verme
y yo, algo ruborosa,
ya no supe ni moverme.
Me entró un escalofrío
que enrojeció mi semblante
y enmudecí como un crío
ante tan noble talante.
Entonces, cogió mi mano
y la estrechó suavemente,
en un halo sobrehumano
que me afectó felizmente.
Desde entonces, que me muevo
con una dicha infinita,
es un sentimiento nuevo
que me alegra y precipita.
Dime si también sentiste
esta ilusión, este celo,
con el que después viviste:
tu marido, mi abuelo.