Para Miranda.

Eres, de la tierra, un cielo
para todo el que te mira,
infundes amor, consuelo,
y un olor que se respira.
Solo con tus siete añitos,
rica en sensibilidad,
expandes en tus ojitos
una sencilla amistad.
Desconocida, en principio,
te adueñaste de un amor,
que fué el primer indicio,
parecido al de una flor.
Te sobra animosidad
y educación aprendida,
yo te entrego mi amistad,
para hoy y toda la vida.