Si intentara recordar
mi nacimiento, niñez,
solo para conjugar
mi pubertad y mi vejez,
noventa y seis sumaría,
muchos años en verdad,
que pronto los recorría,
logrando mi identidad.
De altibajos empañada
con previa desigualdad,
pero siempre amparada
por una gran dignidad.
En resumen, he seguido
una vida placentera,
como Diós lo ha querido
y como alma serena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario