Cafetería.

Nieva, llueva, aún mojado,
por la mañana estaré
en mi café asignado
y, mientras pueda, lo haré.
Esto solo, me da vida,
es lo único que tengo,
como una  vela encendida
que, con ella, me mantengo.
Mucha luz en mi ambiente,
que me alegra todo el dia,
me reconforta la mente
y me llena de alegría.
Ya no necesito más
para sentirme contenta;
así viviré al compás
de una nueva puerta abierta.

Fiestas.

Me hundí en la felicidad,
del compendio de familia,
a mi tan lejana edad,
que fué una gan delícia.
¿Qué mas puedo desear
que unirme a lo que tengo?
Ha sido un  año especia
que, con ilusión, manteengo.
Siento que hay que esperar
hasta el año venidero,
para volvernos a atar
en un amor verdadero.
Su recuerdo servirá
para alentar mi desvelo
a otra vez, que anudará
en mi nostalgia, el consuelo.
Solo vivo de añoranza
y de alargar mi camino,
con paciencia y esperanza
hacia un lejano destino.
Quizá, esta forma de vida,
que acepto con reverencia,
de salud a mi medida,
sea grata a mi conciencia.

Para Anna.

Es un lujo hablar contigo
por tu amabilidad,
por saber lo que persigo
en honor a la verdad.
Tienes un don añadido
que es tu personalidad,
un carácter comedido
que da paso a la amistad.
Tu trabajo es excelente,
del bien hacer, educado,
en extremo competente.
¡Parece que he acertado!

Para Maite.

Me sugirió tu mirada
un hálito de amistad,
eres dulce y abnegada
y exagerada en bondad.
Apenas sin conocerte,
me inspiraste confianza,
deseos de volver a verte,
para entablar alianza.
Tus ojos dulces, amables.
atraen a primera vista,
aparte de adorables,
inducen a otra entrevista.

Para Carmen.

Carmen: Eres un encanto,
siempre te veo sonriente,
sin saber cómo ni cuando
iluminaste mi mente.
Porque sabes dialogar
con arte y educación,
me gusta contigo hablar
por tu enorme distinción.
Sabes inculcar cariño
con tu gracia infinita,
con la inocencia de un niño.
Eres, en fín, exquisita.

Moderna.

Alguna  vez cambio el ritmo
de mi manera de hacer,
podría ser un algoritmo
de mi vida, de mi ser.
Vuelo, si me arrastra el viento
o si la calma se implica,
me apoyo en cualquier evento,
para ver lo que me indica.
Quiero moverme a tenor
de mis propias facultades,
pero se implica el temor
del tiempo y de las edades.
Aunque torpe, no me arredro
por tan severa torpeza,
cogeré, valiente, el cetro,
para sacar mi entereza.
Soy suave, aunque firme
en mis consideraciones,
no me rindo por sentirme
endeble en mis decisiones.
Siendo una mujer de antes,
me siento muy avanzada,
puedo vivir en contrastes
viejos, o modernizada. 

Mar bravío.

Recordando el mar bravío,
que, en el fondo, me asustaba
por su constante desvío
de la arena de la playa...
Una beldad infinita
que, temiendo, la admiraba
por su estrategia inaudita
que el ambiente remarcaba.
Un empuje, un desespero
me movía de tal manera,
con un amor verdadero
y extraño, que no debiera.
Esa mezcla impresionante
de susto y de belleza,
para mí, fué relebante...
¿Amo la naturaleza!

Para mi hijo Kike.

Desde el dia que naciste
ilusionaste mi vida
y, en mi corazón, pusiste
una luz siempre encendida,
que jamás se apagará
porque te adoro, te quiero
y, por siempre, durará
mi sentimiento certero.
Solo soy tu "mamasita",
la que te apoya por bueno,
por tu labor exquisita
y tu carácter ameno.
Un niño dicharachero,
alegre, introvertido,
tan guapo como el primero
y también muy divertido.
Rebelde, mas bondadoso,
con un gran don de artista,
ejecutadas con gozo
y que apruebo con mi vista

Tardanza.

Tuve un día una ilusión,
que se hizo y se deshizo,
quizá por la relación
que se quedó en un prefijo.
Con palabras que uniera
nuestro amor de juventud,
la distancia, quizás, fuera
causante de esta actitud.
Promesas para el mañana,
pero distancia a la vez,
quizás, una espera vana
que no tuvo un después.
Porque llegó en el momento
imposible de aceptar;
se convirtió en un lamento:
cuando me iba a casar.
Tardanza justificada
que yo siempre ignoré,
seguro él, yo cansada
de no saber el por qué.

Desaguisado.

Esta crueldad de la vida
me mueve, me desespera,
mi mente está ofendida
por la reacción que se espera.
Mires hacia donde mires
te sientes insatisfecho
y aunque sufras y suspires,
no se arregla, es un  hecho.
No es porque mire por mí,
ya estoy en la decadencia,
mi futuro lo emprendí,
lloro por la descendencia.
¿Tiene alguna solución
para poder sonreir?
Lo deseo de corazón,
hallarían su porvenir.

Para mi hijo J.Carlos.

Me enaeñaste a conjugar
amor con maternidad,
primera vez en hallar
la propia felicidad.
Fuiste mi niño bonito,
el amor de mis amores,
con un olor exquisito,
como el néctar de las flores.
Creciste muy predispuesto
a una gran inteligencia
y, luego, cumpliste el resto:
ingeniería y ciencia.
Te quise siempre y querré,
como a nadie había querido
y, en mi corazón, grabé,
tu espíritu agradecido.

Segunda parte.

Ahora me cuesta explicar
lo que siguió a mi bonanza,
tristeza para empezar
y un olvido de esperanza:
Viví la guerra española
a mis solo doce añitos,
todo menos aureola
en esos  años malditos.
Después, cuando ya acabó,
aumentó la enfermedad,
contagiosa, que logró
que sufriera de verdad,
Tifus exantemático,
que, a mi, me contagió;
tres meses fué mi calvario
que mi cuerpo lo sufrió.
Fiebres altas, desconsuelo,
hasta extremaunción, también,
no legué a pisar el suelo,
sabiendo el cómo y por qué.
Como un hilo me quedé,
tuve que aprender a andar
y un desahogo fué
volver, de nuevo, a saltar.
Otro comienzo de vida,
progresivamente hallé,
aprobando esta medida,
hasta que, al final, volé.

Niñez.

Supe lo que ya sabía:
tantas cosas, en concreto
que alegró la vida mía
y me produjo respeto.
Que, de niña, me movía
con gran responsabilidad
y, también, me revestía
de enorme hilaridad.
Dispuesta, como ninguna,
en mis juegos infantiles,
idealizaba la luna
con apodos reversibles.
La primera de la clase,
por consiguiente, admirada
por las demás de mi base,
sin, por mí, regodeada..
En mi pueblo, fué hermoso
cuanto me rodeaba,
siempre con humor gozoso
y en mi hogar, adorada.
Otro día, os contaré
pasajes muy diferentes,
que, aún viviendo, los soñé,
¡desgraciadamente, hirientes!
 

Para...

Después de tanto sufrir,
te cansaste de esa vida
y, para evitar morir,
te ausentaste decidida.
Tus raíces combatiste
con un amor verdadero,
pero, al final, decidiste
olvidarte de ese enredo.
Te  costó salir del nido
que tú misma edificaste
y lo enviaste al olvido,
cuando tanto te cansaste.
Mucho esfuerzo te costó
seguir los años sin calma
porque alguien te la robó,
endureciendo tu alma.
Hoy, la tienes aterrada
porque aún no has despertado
de esa ignominia marcada,
que en tu pcho ha incrustado.
Mas, pronto, conseguirás
seguir siendo la de antes,
la mejor de las demás
entre las mas relevantes.

Amiga.

Siempre pienso en tu bondad,
en lo abnegada que fuiste,
en tu inmensa caridad
y en la gracia que tuviste.
Todo lo hacías con agrado,
con hermosa discreción,
como si lo hiciera un hado
cumpliendo su obligación.
Tanto y tanto te amamos
por tu impecable conducta,
que muchos en tí pensamos,
aun que sea de forma oculta.
Un orgullo manifiesto
por haber sido tu amiga,
en este mismo contexto,
diciendo ¡Dios te bendiga!

Hermandad.

Cuando la vida se entrega
solo para los demás,
una vivencia serena
para no olvidar jamás.
Te olvidarás de tí mismo
en lenguaje interior,
pierdes el protagonismo
para entregar lo mejor.
La felicidad te llega
a partir de tus desvelos,
todo lo demás, te ciega
tapando los desconsuelos.
Será como un bumerán,
que devuelve en su retorno
mucho más de lo que le dan,
implicado en su contorno.

Para mi hija.

Te quiero, porque te quiero,
porque me sale del alma,
como un aluvión severo
de besuqueo, que me calma.
Eres mi sol y mi luna,
lo que mas me emociona,
de siempre, desde la cuna:
mi cariño lo pregona.
Me siento alucinada
por tu saber entenderme,
incluso si estoy enfadada,
sabes como protegerme.
Sin tí, estoy desolada,
no hay nadie que te suplante,
a diario, enajenada,
sin decisión ni talante.
Tu cariño, es mi sedante
en mi vida cotidiana,
lo único relevante,
de la noche a la mañana.
Eres mi ojito derecho
y lo serás mientras viva,
cuídate, porque tu pecho
es el que me da la vida..
Para mí, todo lo vales:
la piedra filosofal
que cura todos mis males,
son flores en un barrizal.

Para Montse.

Cada día, cuando te veo,
me alucina tu mirada
y tu expresión, que recreo
por lúcida en tu andanada.
Tienes un don especial
que te alumbra hasta las manos,
con un calor natural,
digno de talantes sanos.
Sugieres capacidad
en tu buena educación,
en tu trato, calidad
y, en tu habla, comprensión,.
Una persona admirable
que merece lo mejor.
Espero que en estas fiestas,
te lo pases superior.

Para Sarai.

Si la vida te ha dotado
de estímulos favorables,
comprende que te ha otorgado
sensaciones admirables
que, con orgullo, mantienes,
igual que tu simpatía
y gracejo que sostienes
con tu amplia gallardía.
Tus ojos, azul verdosos,
iguales al mar bravío
son radiantes y hermosos,
que encienden al mismo frío.
Gracias por ser ideal,
de espontánea cordura,
simplemente natural,
rodeada de dulzura.