Cuando la vida se entrega
solo para los demás,
una vivencia serena
para no olvidar jamás.
Te olvidarás de tí mismo
en lenguaje interior,
pierdes el protagonismo
para entregar lo mejor.
La felicidad te llega
a partir de tus desvelos,
todo lo demás, te ciega
tapando los desconsuelos.
Será como un bumerán,
que devuelve en su retorno
mucho más de lo que le dan,
implicado en su contorno.
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