Siempre pienso en tu bondad,
en lo abnegada que fuiste,
en tu inmensa caridad
y en la gracia que tuviste.
Todo lo hacías con agrado,
con hermosa discreción,
como si lo hiciera un hado
cumpliendo su obligación.
Tanto y tanto te amamos
por tu impecable conducta,
que muchos en tí pensamos,
aun que sea de forma oculta.
Un orgullo manifiesto
por haber sido tu amiga,
en este mismo contexto,
diciendo ¡Dios te bendiga!
No hay comentarios:
Publicar un comentario