Dilema.

Ahora tengo la alegría
de vivir entre cortinas
para no ver, yo diría,
escenas tan corrosivas.
No encuentro fortaleza
ni en el vulgo ni en la la clase,
todo es de naturaleza
sin interés y sin base.
Vivo un poco asustada
del ambiente, de la gente,
que me tienen mareada,
quizás, por intransigente.
La verdad es que soy "miedica"
y bastante susceptible
a cualquier cosa que indica
un algo incomprensible.
Porque quisiera llegar
a donde me está vedado,
sin cautela al meditar,
que estuviera de mi lado.
Soy un caos, a la vez
entre querer y saber,
entre adultos y vejez,
un dilema. a mi entender.

Cupido.

Cuando el amor se despierta,
cambia todo el organismo,
se nos ha abierto otra puerta
para pensar en tí mismo.
La primera en calidad,
quizás la más importanrte
de nuestra mentalidad
y mucho más agobiante.
Depende de la ilusión
y de su gran trascendencia,
un enorme colofón
de inolvidable vivencia
Normalmente, sigue abierta
y otras veces, ni se abre,
depende si está expuesta
a que, con gracia, se labre.
Dudo que en la juventud
alguien no la haya sentido,
porque es como un alud
de éxtasis concebido.

Reciclaje.

Aumenta el dolor ajeno
por increibles razones,
alguna menos ameno,
de profundas deducciones.
Ni se acepta, ni rechaza,
terriblemente tachable,
no hay unión ni amenaza,
es cuestión de reciclaje.
Que, en principio, no hay quién,
de impecable competencia,
que lo pudiera hacer bien,
sin hablar de inteligencia.
Persigo lo imposible,
busco mucho y no lo hallo,
espero lo deducible ,
si no lo enuentro, me callo.
¿Qué pretendo a mi edad?
Apañarme como sea,
imploro capacidad
y que pase esta marea.

Ayudas.

Si la vida me retiene
tantos años en la tierra,
será porque me conviene
continuar dando guerra,
que la doy, no cabe duda,
por claras necesidades,
sometiéndome a una ayuda
de intensas dificultades,
intrínsicas a mi edad,
por consiguiente normales
de achaques y ansiedad
en cantidades cabales.
Todo normal, yo también,
espero sumar alguno
porque me encuentro muy bien,
mejor muchos que ninguno.

Son seis.

Mis continuas sensaciones
de cariño a mis bisnietos,
son frecuentes atenciones
de empeños predispuestos.
No ceso de agrandar
motivos de confluencia,
dispuestos a compensar
esos otros de presencia;
que si ríen, que si lloran
o cumplen ya sus añitos,
enseguida me ocasionan
un sinfín de requisitos.
Lejos de ellos, yo vibro
por una cosa o por otra
y continuamente sirvo
por algo que les conforta.
El bienestar hacia ellos,
me recompensa la ausencia,
porque son guapos, son bellos
y enarbolan mi conciencia.
Seis ya, no parecen tantos,
cada cual con su talante,
para predecir de cuantos
lo veré más adelante.

Para mi sobrino Antonio.

Tienes el honor de ser
mi sobrino favorito,
el primero al nacer,
entrañable, exquisito.
Te amé por ser el primero,
el mismo que me enseñó
a querer los venideros,
con el calor que quedó.
Fuiste un niño bonito,
sin rivales en querer,
de sabor tan inaudito
como un hijo, a mi entender
El que entonces no tenía
y no llegó hasta después,
tú fuiste el que debía
enseñarme ese deber.

Para Maria.

Aparte de  encantadora,
eres buena estilista,
tu trabajo se valora
por ser tan perfeccionista.
Te admiro por tu bondad,
por tu elegante figura,
por tu enorme voluntad,
que día a día perdura.
En grado sumo, atractiva,
sin alardear por ello,
en resumen: positiva,
con un conjunto muy bello.

El cerebro.

Si no dormimos, pensamos,
el cerebro es incansable,
se recrea en lo que hagamos,
incluso, en lo impensable.
Quieto es difícil verlo,
muchas veces somnoliento.
quizás para entretenerlo
un segundo, un mommento.
Es servil en grado sumo,
a veces, para enredar
se evapora como el humo
sin saber en qué pensar.
Hoy, me muevo por inercia,
con un despego infinito,
que hiere hasta la esencia,
por un sopor inaudito
Un día no es como otro,
cada cual es diferente,
sus cambios, incluso el rostro,
tendrá un color transparente.
Dejemos la mente en paz,
que piense en lo que quiera,
sabiendo que es capaz
de apabullar a cualquiera.

Para Marlene.

Entre frutas y verdura
te encuentro muy relajada,
diría llena de ternura
y bastante preparada.
Atraes a la clientela
por tu carácter jocoso,
por tu trato, tu  cautela
y tu aspècto bondadoso.
Te aprecio por lo que eres:
una mujer entrañable,
que sabe hacer sus deberes,
comedida y razonable.

Saber vivir.

La lucha está en vivir,
en llegar hasta el final,
con la idea de intervenir
en un destino cabal.
No pensemos en locuras
solo para enriquecer.
sin embargo las venturas
harán tu modo de ser.
La vida solo nos dá
la alegría de crecer,
que esto a todos nos vá,
solo nos falta entender.
Iguales solo en esencia,
cada uno es especial,
pero jamás en presencia,
cada cual es cada cual.
Aceptemos nuestro ego,
con causa pàra labrarlo,
para alguno será ciego,
no ha sabido despertarlo.
Porque esa fuerza interior,
que algunos la maduraron,
pasándola al exterior,
otros muchos, no la usaron.

Distinto..

Vivir, solo es sentir,
acumular situaciones
que se deben admitir
sujetas a comprensiones.,
que casi siempre lo son.
Aprende a ser como eres
y ennoblece tu tesón,
aceptando tus deberes.
Aunque habrá un vaivén
entre lo bueno y lo malo
y un objetivo también:
alejarnos del pecado.
Ahí está la inteligencia
en saber, o no, aceptarlo,
a veces, la diligencia
nos ayuda a disiparlo.
Los años te favorecen
para aceptar decisiones,
las divagaciones crecen
y también la opiniones.
Dicen que el viejo es sabio,
aunque yo no lo vea,
tiene un amplio resabio,
que es más fácil que lo crea.
Ayudar a los demás,
psíquicamente es lo nuestro,
a un comedido compás,
que parece ser el diestro.
Debo servir para algo
para sentirme a gusto,
de lo contrario, no valgo
y ello me empuja al disgusto.

Grato recuerdo.

Viví tiempo junto al mar.
fué mi época dorada,
pocos pasos al andar
y a la playa enamorada.
Fueron días maravillosos
que me enseñaron a amarlo,
para siempre, armoniosos,
sobre todo, a contemplarlo.
Con su dulzor, con su furia
y su enorme magnitud,
de un coloso con lujuria
para ensalzar su virtud.
Viví solo para él,
su olor me magnificaba,
de las olas, su vaivén,
 también me reconfortaban.
Su susurro, era un poema,
una hermosa melodía,
una fábula, un dilema,
que disfruté día, día.
Cada vez, lo contemplaba
absorta, embaucada,
nada mas me animaba
que el olor que emanaba.
Disfruté de sus colores,
de sus olas, de su viento,
lo amé mas que a otros amores,
que a su grato movimiento.
Por cuestiones de la vida,
me aparté de su lado
y así vivo: compungida,
aunque siempre, recordado.
Una alucinación
que ha alargado mi edad,
y una rememoración
apoyada en la verdad.

Bendición.

Si la vida me sentencia
a vivir como ahora vivo,
sería una preferencia
continuar como sigo.
No pudiera estar mejor,
ni cuidada en mi ambiente,
me siento muy superior
a cualquiera de mi gente.
Y, además representada
por los demás de mi edad
y quizás galardonada,
en honor a la verdad.
Después de mi enfermedad,
vuelvo a estar en forma,
quizá sea la vanidad
mi bienestar es la horma.
Y es por eso que presumo
de años que no se suman,
que vuelan como el humo,
sin contar los que me abruman.

Agradecida.

Aùn sabiendo que la vida
tiene visos de acabarse,
yo me siento agradecida
por el bien que sabe darme.
Me dá gracias por vivir,
alegría por disfrutar,
día a día, en mi sentir
y, sobre todo, vibrar,
hacia parajes innotos,
que me hacen despertar
de largos sueños remotos,
que ya supe disfrutar.
Siento como la primera
y presumo de mi edad
como cualquiera debiera
y odio la vanidad.

Para mi sobrina Montse.

Eres un ser adorable:
como esposa, abnegada,
como madre, envidiable,
muy digna de ser amada.
Te sientes muy protectora,
con deseos de ayudar
y soy tu admiradora,
porque lo sabes lograr.
Quizá te pasas conmigo
por tu cariño añadido,
la sobrina que bendigo
porque mucho la he querido.
Te admiro por tu tesón,
por tu bien saber estar,
por tu hermoso corazón,
que me hace hasta temblar.

Redaños.

El otro día me encontré
a una amiga de la infancia
y, al principio, me extrañé,
¡tenía tan poca fragancia!
Fué recíproco el momento,
las dos pensamos lo mismo,
con un callado lamento,
sin reproches, ni altruismo.
Alegría y sentimiento
en un arropado abrazo,
un poco duro el momento,
en un dulce momentazo.
Recordamos las vivencias
tan alegres del ayer
y ocultamos sugerencias
del amor y el proceder.
¡Qué bonito es recordar
lo más dulce de la vida
y qué vergüenza ocultar
nuestra vejez encendida!

Incertidumbre.

Cuando la rosa se seca,
es como el amor marchito,
ya le ha llegado la fecha
y hay que buscar otro hito.
"Todo empieza y todo acaba",
es complejo el desarrollo,
que, sin querer, se estrechaba
porque surge algún escollo.
Hay que saber esperar
para darle el visto bueno,
no hay por qué precipitar
la decisión, hasta luego.
Primero, has de estar seguro
de tu propio sentimiento
y aunque, realmente, sea duro,
abre tu conocimiento.
¿Cómo ha sido, qué ha pasado ?
quizás sea un altercado
que ha tenido, o no, importancia
y "colorín, colorado"
Conecta con la almohada,
que ella también te dirá
si tu razón es airada
o el alma lo sentirá.
No creas que vas a encontrar
otro cielo en la tierra,
de eso ni siquiera hablar,
en todas partes, se yerra.
La felicidad es compleja
y se encuentra en uno mismo,
createla tú y despeja
si es cierta, o es altruismo.
Sin caridad no hay amor,
hay que dar y dar mucho,
mira a tu alrededor
y verás si está ducho.
Recapacitamos poco
y la ambición nos exige
no proceder a lo loco
y ya creo que mucho dije.

Dominó.

El dominó me complace,
pero no con la que juego,
porque hace y deshace
con la inmunidad del ciego.
A su aire, sin guardar
ni las formas, ni el contexto
y horas me hace esperar,
sin preocuparle mi aspecto.
que acaba en el desespero;
piensa hasta el infinito
antes de dar soluciones,
que no me importan "ni un pito",
porque son divagaciones.
"Si pensara, si debiera,
el seis doble sacaría,
pero no, no me cubriera
y al final yo perderia"
Un sin fín de objeciones,
que parecen regateos,
que entristecen a montones
y entorpecen mis deseos.
Espero que esto se acabe
y aprenda debidamente,
jugar así, Dios lo sabe,
es ahogar el presente.