Si la vida me sentencia
a vivir como ahora vivo,
sería una preferencia
continuar como sigo.
No pudiera estar mejor,
ni cuidada en mi ambiente,
me siento muy superior
a cualquiera de mi gente.
Y, además representada
por los demás de mi edad
y quizás galardonada,
en honor a la verdad.
Después de mi enfermedad,
vuelvo a estar en forma,
quizá sea la vanidad
mi bienestar es la horma.
Y es por eso que presumo
de años que no se suman,
que vuelan como el humo,
sin contar los que me abruman.
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