Las ideas, los enclaves, las versiones,
se agrupan, en mi mente envejecida,
abstractas y, en el fondo, convencida,
del desorden de tantas convicciones.
Evito ordenar mis abstracciones,
por desidia, porque estoy confundida,
en el presente marco de mi vida,
cargado de interrogaciones.
Entre síes y nóes, me deslizo,
hasta alcanzar despertar mi mente,
de espíritu fugaz y quebradizo.
Mi quehacer. no obstante, es permanente,
movido por la edad, no enfermizo,
aceptado, con humor divergente.
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