sábado, 16 de abril de 2016

Nacer.

Despertar a la vida, ¡es tan bonito,
después de tantos meses enclaustrado,
de todos los cordones, liberado,
en espera del momento prescrito!

Gozo, para los padres, infinito.
Llanto para el bebé, en su nievo estado.
Todo, en un arsenal, bien barajado,
envuelto, en un gran halo, bendito.

La brisa, lo acaricia, suavemente,
La luz, besa su rostro, enrojecido,
ante el murmullo, alegre, de la gente.

¿Que sino marcará, al recién nacido?
Todos hacen augurios, en la mente.
¡Tan solo Dios, lo guardará, escondido!

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