lunes, 25 de abril de 2016

Solo uno.

Mi primer amor, ha sido,
el amor de mis amores,
el de infinitos rubores,
el único que he tenido.
Impulsivo, escondido,
como el olor de las flores,
el albor de los albores,
con besos, enriquecido.
Vivido con emoción,
humildemente, sereno,
con pasión, sin desenfreno,
dentro de una religión,
de, indiscutible, pureza
y enorme fidelidad,
sin morbo, en su identidad
y de intrínsica belleza.
Una simbiosis perfecta,
en cualquiera situación.
Unánime, en devoción,
que uno a otro, inyecta.

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